domingo, 1 de febrero de 2009

No somos solo nosotras las que a veces salimos hechas jirones del litigio; a ellos, y a muchos, también les pasa.
Chicas, los hombres también sufren, se enamoran, no sé si del mismo modo que nosotras, pero existen! Esto no es privativo de un género.

Supongo lo que están pensando, pero no somos tan distintas los hombres de las mujeres, también hay mujeres que hacen lo que a ellos les criticamos.
Seamos justos. Todos sufrimos, o casi todos.
¿Cómo resultaría todo, si en lugar de litigar, nos ayudásemos para que el otro pueda ser feliz?
He conocido pocos que se dieron cuenta de que, terminada una etapa la felicidad del otro allanaría la propia y la de los hijos.

En ésta carrera loca en la que entramos por contagio y seguimos por inercia, podes parar a pensar cuál es el sentido que cobran la revancha, la venganza o el ponerle palos en la rueda al otro si al reencontrarse con uno mismo, y retomar desde aquel punto donde lo que se había soñado se fue de madre se podría volver a retomarlo.
Hace poco encontré en mis pensamientos ese momento, tipo flash, entonces me pregunte cual fue la decisión que tome en ese momento.
No es fácil no arrepentirse, sin embargo, sea cual fuese el motivo que me llevo al desvío, aun conservo la esencia de lo que quería ser, y me pregunte donde esta todo ese ímpetu que tenia para lograr lo que me proponía, y dije ¿por qué no?, tal vez ahora algunas cosas serán diferentes, pero a pesar de tener mas miedos, soy más grande y e supone un poco mas sabia.
Aún conservo sentimientos de adolescente, cuando siento por momentos que podría agarrar el mundo sólo con mis manos.
Aun creo que todo es posible, y aunque a veces desfallezco porque me siento sola, vuelvo a creer en la magia.
¿Acaso el amor no es mágico?
Acaso el nacimiento de un niño no es un instante milagroso?
Si podemos dar vida y cuidarla, si podemos llorar y conmovernos por el dolor ajeno, y llenarnos de alegría por lo bueno que le pasa a otro, entonces quizás podemos todo.

Aunque muchas veces me embarga la frustración, cuando despues de haberme formado durante años, no encuentro un empleo que no me excluya por algún requisito y no puedo evitar sentirme una inútil.
Me podrán decir, “hace cualquier cosa mientras tanto” y vuelvo a decir no, porque yo se que voy a encontrar lo necesito.

(continuará)

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