lunes, 18 de mayo de 2009

Estos cachetazos enseñan que los avances del siglo XXI aún no tienen respuestas para muchas cosas.

El ejército de profesionales que denodadamente trataban de asistirlo, chocaban con la impotencia de no encontrar respuestas.

 

Iván era un niño amado, querible y con una asombrosa claridad acerca del obstáculo que le presentaba su memoria, el que, aunque lo angustiaba por momentos, tenía absolutamente asumido como parte de su ser, y lo aceptaba sin más.

Como si heroicamente el niño, hubiese aprendido a confiar en los recuerdos prestados por otros. Y aceptaba estos como “reales”, sin encubrimientos.

 

Bondadoso como pocos.

El deterioro físico de su madre , y su pareja que actuaba como quien cumpliera su misión redentora de los pecados propios, no hacían mella en Iván a la hora de preocuparse por ella.

Con los recursos que le quedaban se ocupaba de cuidarla en todos los sentidos.

La atendía cuando quedaba sumida en el dolor físico, la ayudaba en su trabajo para procurarle un dinero y en medio de todo trataba de estudiar.

 

En la escuela también encontró un espacio de contención.

Los docentes y el equipo de psicopedagogos trabajaban con cariño en pos de su bienestar.

Pero Iván tenía asumido que este año pasaba y el otro no. Era algo así como parte de la rutina del sistema, que  pesar de ser atroz, tiene integrantes que dejan todo por un niño, sin preocuparse de sus salarios que no alcanzan para pagar las comunicaciones telefónicas, ni sus búsquedas de información en Internet, sin importarles las pérdidas económicas que implicaban éste acto de amor.

 

Con el transcurrir del tiempo, Sofía empeoraba.

Cada vez eran más intensos sus dolores, que la obligaban a quedarse en cama.

Entonces Iván estuvo propuesto a ayudarla.

Salía a vender sábanas y toallas por las casas del barrio. Le preparaba el té y acompañaba a su madre todo el tiempo que podía.

 

Iván cuidaba no sólo de su madre, sino a la que guardaba sus memorias…quizás para compensar la culpa que sentía por haberle transmitido la enfermedad que ella misma ignoraba tener al momento de concebirlo.

 

 

(continuará)

 

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